martes, 16 de junio de 2009

LOS FILÓSOFOS CLÁSICOS

LA EDAD DE ORO[1]

Sócrates (469 a. C.)

Sócrates se encuentra y se enfrenta con los planteamientos dudosos de los sofistas, sus sofismas. Ello se detalla en los Diálogos de Platón, su discípulo. Su filosofía se sustenta en la búsqueda de principios que guíen al hombre, fundando el intelectualismo moral, que influirá en toda la filosofía occidental.

Se diferencia en gran medida de la época de los sofistas, pues:
· Se rehusaba a cobrar por sus enseñanzas.
· Evitaba los largos discursos a la manera de los sofistas y procuraba realizar diálogos, pues estos admitían observaciones y cuestionamientos.
· Buscaba un intelectualismo moral.

Tenía la convicción de que el futuro del hombre está en la formación de la vida moral. Lo orienta hacia el conocimiento del propio sujeto y de su conducta, repitiéndole constantemente la frase “conócete a ti mismo, como camino para alcanzar la felicidad”.

La obra de Sócrates comprende dos aspectos básicos.

Le hace referencia al relativismo moral de los sofistas –mostrando que al apalabra no tiene valor de verdad-, Sócrates afirma que la palabra o el lenguaje no significa algo concreto o determinado, sino que se refieren a un concepto universal, no a cosas existentes. Por primera vez aparece el concepto de universalidad. Por tanto, la justicia, la virtud,… no tienen sentido, pues la palabra no se reduce a cosas específicas.

El intelectualismo moral. Si niega el relativismo, Sócrates tiene que introducir una nueva forma de entender la verdad. Afirma que sin el conocimiento no existe la virtud: solamente el que sabe es justo. Pero ¿cómo se explicaría que quien es ignorante actué de una forma justa y quien no lo es en ocasiones no responda a la justicia?

Para resolver esto Sócrates plantea dos tipos de conocimiento: uno de tipo teórico y otro práctico. Dentro del práctico está la poiesis o conocimiento técnico-productivo y la praxis, conocimiento social y político. La poiesis le permite al hombre crear, así la felicidad para Sócrates surge cuando podemos realizar la virtud, la justicia y para alcanzarla necesitamos conocerla.

Método socrático. Su método fue el diálogo. A diferencia de los sofistas se escapaba de las largas disertaciones. A través del diálogo recurre mucho a las preguntas y en este inquirir lleva a su interlocutor a reconocer que no sabe nada de lo que se está tratando, para luego llevarlo a reflexionar por sí mismo, a que descubra por su propio medio la respuesta auténtica.

El método socrático para llegar al conocimiento es la mayéutica, el arte de iluminar los espíritus. Se pueden ver allí dos momentos fundamentales. La ironía, con la cual mediante una serie de preguntas confunde al interlocutor, le lleva a la contradicción y le conduce a aceptar su ignorancia (“Sólo sé que nada sé”, es otra célebre máxima socrática) Después de aceptada su ignorancia, hace descubrir a los interlocutores las verdades que llevan en sí. Les insta para que piensen y generen los conceptos morales universales y, por tanto, válidos para todos.
La Ética. Desarrolla tres aspectos fundamentales: la virtud, el bien y la moral.

· La Virtud. Promulga su enseñanza, porque sin la educación las mejores disposiciones naturales no logran desarrollarse ni llegan a dar los resultados esperados.
· El Bien. Es el conjunto de bienes regulados por la razón, de cuyo conjunto resulta la vida feliz. El bien se identifica con la vida útil y lo agradable. Para él no existe un bien trascendental como un ideal al cual haya que orientar la vida, sino muchos y diversos bienes.
· La Moral. Niega la existencia del mal moral, afirmando que ninguno actúa mal voluntariamente… que el que actúa mal lo hace por ignorancia, sencillamente porque no conoce el bien. Por lo tanto, antes de castigar se debe educar.

Propone un camino hacia la introspección oponiéndose a la sabiduría de los sofistas. El principio de este proceso es el reconocimiento de la propia ignorancia y la reflexión sobre el propio yo para conocerse a sí mismo.
Sócrates se preocupa de la exactitud, trata de eliminar las suposiciones, de explicar los términos ambiguos y los conceptos oscuros o dudosos para llegar a la claridad y a la verdad.

Desvincula la moral de la ciencia de la naturaleza. Tiene un concepto optimista del universo y lo concibe como una realidad en la que reinan el orden y la armonía…. Orden que es definido por la razón universal y por la providencia divina. Sostiene que el orden general del universo debe estar en sintonía con el cosmos individual humano.
Platón (428 a. C. – 347 a. C.)
El gran discípulo de Sócrates crea su escuela en Atenas y fue a su vez maestro de Aristóteles. Su obra más trascendental son los Diálogos, entre los que se destacan: Fedón (sobre la inmortalidad del alma), Timeo (sobre el origen del universo y la naturaleza), La República (sobre las ideas), El Sofista, Gorgias. En ellos Sócrates es el personaje a través del cual expone sus planteamientos filosóficos en los diálogos.

Teoría del conocimiento

La preocupación por darle una explicación a las teorías sobre el origen de la naturaleza en los presocráticaos, llevó a Platón a buscar un fundamento racional para explicar el origen del cosmos. Así el demiurgo aparece como el primer elemento que conforma su teoría sobre la realidad. El demiurgo es la inteligencia ordenadora del cosmos, el que le da un orden y un propósito.

El demiurgo reproduce en el mundo físico las ideas, entidades de existencia real, inmutables, eternas, simples y verdaderas. Dichas ideas están jerarquizadas y en la cima hallamos la idea de uno-bien-belleza.

Por medio de la razón, se puede identificar las ideas como lo inmutable, la esencia y unidad, perseguidas por los griegos para dar cuenta de la realidad. Y lo caótico, lo mutable y aparente se asocia con los sentidos. Si los sentidos nos llevan al error, la razón nos conduce a la verdad.

Los sentidos nos suministran información del mundo físico y, mediante la anamnesis, el alma evoca, logra la contemplación de las ideas. El mundo de las ideas es muy difícil de conocer y el hombre sólo participa de él en cierta medida. El conocimiento de las ideas, según Platón, requiere de una elevación por medio del conocimiento de las matemáticas hasta la idea uno-bien-belleza, mediante un proceso dialéctico, gracias al cual se avanza por la jerarquía de las ideas desde las más simples a las más elaboradas.

Antropología

La teoría sobre el alma está expuesta de forma principal en el Fedón. Platón sitúa el alma como pirncipio de conocimiento, propio del hombre, eterno e inmortal, está unida accidentalmente con el cuerpo. Para sustentar su teoría sobre el alma y el cuerpo recurre a la explicación de dos mundos: A) Mundo físico. En constante cambio, transitorio, aparente, engañoso. B) Mundo de las ideas. El real, inmutable, eterno, imperecedero. El alma pertenece al mundo de las ideas y el cuerpo pertenece al mundo físico.

Platón es influenciado por el concepto de trasmigración de las almas de los pitagóricos, para quienes el alma se transmite a otro cuerpo una vez muere. Las almas pertenecían al mundo de las ideas donde estuvieron en contacto con éstas (en mayor contacto con las ideas superiores en virtud, justicia, etc.) Luego estas almas se unen con un cuerpo para comenzar un proceso de purificación de una forma temporal. Por medio de una información física, opaca imitación de las ideas. El alma recuerda estas ideas y a ello lo llama anamnesis o teoría del recuerdo.

En Platón se pueden distinguir tres tipos de alma: concupiscible, irascible y racional.

Alma concupiscible. Es la de más poco valor en el hombre. Está compuesta por sus deseos y necesidades básicas. Físicamente se ubica en el vientre, su virtud es la templanza.

Alma irascible. Tenacidad, fortaleza del hombre para vencer los problemas y alcanzar las metas. Platón la ubica en el pecho y su virtud es la fortaleza.

Alma racional. Cuyo fin es el conocimiento de las ideas. Es la superior, y es la única inmortal. Se encuentra en la cabeza y su virtud es la prudencia.

Las tres virtudes contribuyen a controlar el cuerpo y al mismo tiempo el alma racional controla la fortaleza y la templanza. La representación de estas almas se encuentra en el mito que representa a Fedro como un auriga (el alma racional) que monta un carro tirado por dos caballos, uno es blanco, noble dócil y fuerte (alma irascible) y el otro es negro, rebelde, perturbador, insurrecto (alma concupiscible)

Ética y política

La justicia consiste en la perfecta armonía de las tres almas, cuando cada individuo potencia las virtudes que le son propias.

Cuando esto ocurre, se alcanza la felicidad por medio de la virtud. En cuanto a la política, el planteamiento de Platón aparece reflejado en La República bajo un modelo de sociedad perfecta. Allí plantea dos principios fundamentales: la estructura del Estado debe corresponder a la estructura planteada para el alma. Así podemos distinguir en el Estado tres clases sociales: los gobernantes, identificado con el alma racional. Los guardianes encargados de la defensa del Estado, equiparados al alma irascible y los productores, que identificaríamos con el alma concupiscible.

Cada uno de los anteriores grupos sociales tiene una función específica y desarrolla una virtud que es equivalente a la parte del alma con la que los hemos relacionado. Así:
· Los productores, templanza o moderación.
· Los guardianes auxiliares, fortaleza.
· Los gobernantes, prudencia.
De esta forma si cada uno se dedica a su función en consecuencia con su virtud específica, obtendremos mejores resultados, logrando la armonía una vez las funciones estén bien determinadas.

Con ello se logra la justicia social, que consiste en la realización de las labores propias de cada grupo y cada grupo social sea consecuente con la virtud que le es propia. Así quienes podrán gobernar son los sabios, pues ellos son quienes pueden acceder a la idea de justicia que se desprende de la idea de bien. La finalidad del Estado consistiría en educar a los ciudadanos en la justicia y la virtud, para acceder a la felicidad.
Aristóteles (384-322 a. C.)

Según Aristóteles la metafísica se ocupa de las causas y principios primeros, indaga el ser en cuanto ser y se pregunta por la sustancia y por lo suprasensible, es decir, su finalidad es preguntarse por las realidades que están por encima de la física.

Aristóteles propuso cuatro causas que determinarían las realidades de la metafísica. Estas cuatro causas son: causa formal (la especie, la clase, la forma), causa material (materia de la que está compuesta una cosa) causa eficiente (fuente de movimiento, creación o cambio) y causa final (desarrollo, meta, objetivo de un individuo, o la motivación final de un proyecto o invento) Así pues, un niño está compuesto de músculos, tejidos, huesos, órganos, etc., ello sería la causa material. La causa eficiente serían sus padres, que lo procrearon. La causa formal es su especie (humano, hombre). La causa final es su impulso innato por convertirse en un individuo que se pueda desarrollar como ser humano en un ámbito determinado, en contextos diferentes, las mismas cuatro causas se aplican de forma análoga. Así, la causa material de una silla es la madera, con la cual se ha construido. La causa eficiente, el carpintero. La causa formal, la forma como el carpintero le ha dado a la madera, ser silla y causa final, su función (sirve para sentarse y para la comodidad)
Fundamenta su metafísica en la existencia de un ser divino, al que llama motor inmóvil, responsable de la unidad y el cosmos, y que vendría a justificar el principio del movimiento. De la perfección de esta causa de todas las cosas, todos desean participar. Este Primer Motor, tal y como lo describe Aristóteles, no corresponde a finalidades religiosas.

Al hablar del ser como fundamento de la metafísica, se puede hablar de categorías del mismo, las cuales hacen referencia al ser como unidad. Las categorías del ser son: aquello que no existe por sí mismo sino que se manifiesta en un soporte o substancia y las otras que se consideran como accidentes: cantidad, cualidad, relación, pasión, lugar, tiempo, modo, acción.
Los cuerpos están compuestos por la asociación íntima de la materia y la forma: constituye la teoría hilemórfica de la materia.

Los cuerpos están compuestos por la asociación íntima de la materia y la forma: constituye la teoría hilemórfica de la materia.
Teoría del movimiento
Si bien esta teoría plantea la existencia de un primer motor inmóvil e inmutable, causa incausada de todas las cosas y eterno, Aristóteles sí concibe el movimiento y argumenta que aquello que está en movimiento es movido por este primer principio que es acto puro y causa final de todas las cosas. Dicho movimiento supone el paso del no ser en potencia a acto, actualización de la potencia. El movimiento no supone en absoluto el no ser como una nada, sino el no ser como potencia.
La materia asume una forma nueva, donde la corrupción de la misma es pérdida de la forma. La forma es también, según Aristóteles, principio de acciones y ordenamiento. Es decir, de acuerdo con la forma, la materia tendrá unas determinadas funciones, que permitirán clasificarla en distintas especies. A esto lo llamó naturaleza: el conjunto de actividades que le son propias de acuerdo con la forma substancial.
Ética
La Ética a Nicómaco (obra en la que sintetiza su discurrir ético) es una exploración de la relación del carácter y la inteligencia con la felicidad. Las ideas acerca de la felicidad parten de la afirmación de que ésta constituye el fin de todo ser humano, ¿qué es la felicidad? Podemos encontrar dos respuestas distintas: placer y gozo, lo que concibe la mayoría.
La perfección de la naturaleza humana es determinada por la razón. Aristóteles definió aquella como la ejecución de las actividades que le son propias a cada ser, de acuerdo con su naturaleza. Si la felicidad es propia de la naturaleza de cada uno, se debe buscar en sí mismo, en lo que lo diferencia de los demás.
En cuanto al hombre, es la razón la que le proporciona la plenitud, y la felicidad aparecerá cuando se dedique a la contemplación. Si todos los seres humanos tienen la misma naturaleza, la felicidad será común para todos los hombres.
Pero como el hombre no es sólo razón, la felicidad humana es limitada, pues debe solventar primero sus necesidades. Estas necesidades estarán enmarcadas por las virtudes éticas, son prácticas, disposiciones perdurables, que nos permiten actuar eligiendo el término medio entre dos opuestos, como principio de virtud.
Virtudes dianoéticas (intelectuales) Allí se produce la perfección del alma racional en cuanto tal, se desarrollan correctamente las capacidades intelectuales. Para hallar el término medio entre esos dos extremos el hombre se vale de prudencia, entendida como el buen juicio. De allí se pasa a la sabiduría, en donde se contemplan las realidades que están por encima de su entorno, es decir, se entra a la metafísica.

[1] Extraído de: Instruimos. Cuadernillo teórico-práctico, preparación para las pruebas ICFES e ingreso a la universidad. Taller estructurado por competencias. Tomo III. Medellín, 2007. Pp. 109-113

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